Después de diez años de experiencia dando clases a muchos alumnos, hemos notado que hay una urgencia por llegar a tocar, y por llegar a tocar veloz. Quizá porque hay muchos guitarristas que nos sorprenden al lograr tocar a velocidades sorprendentes, y es un hecho: la velocidad al tocar un instrumento nos hace pensar muchas veces que el que toca así tiene un dominio increíble de éste.
Es importante tener en cuenta que para tocar rápido debemos saber tocar lento, no podemos tocar bien los pasajes rápidos si no tenemos un dominio absoluto de cada frase a un pulso lento. Surge con esto la duda: ¿Qué es tocar bien a un tiempo lento? La respuesta es sencilla pero difícil de aplicar, y es: tocar con toda concentración que podamos tener a una velocidad lenta, donde todo lo que hagamos podamos asimilarlo y corregirlo de la mejor manera. En otras palabras se trata de analizar y mecanizar lentamente.
Es importante tener en cuenta este principio musical: entre más lento y atento más rápido alcanzaremos a tocar. Casi siempre el problema no consiste en bajar la velocidad a los pasajes musicales que interpretamos -aún enfrentando la impaciencia del alumno ansioso por aprender- si no que el problema radica sobretodo en la atención que se le da al trabajo o práctica que realizamos. Todo esto porque muchas personas estamos atentas a muchas cosas pero no aterrizamos en una, no sabemos como focalizarnos o focalizarnos con un instrumento.
Focalizarse en un instrumento significa llevar a un silencio profundo a la mente, para que la música se apropie de nuestras ideas y sentimientos. Parece irónico pero entre más silencio haya en nuestras mentes mejor será la música, el análisis y estudio que hagamos de ella.
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