Muchas personas siempre nos han dicho: que lindo tocan la guitarra, sí pudiera tocar yo así, siempre he querido aprender!! ¿Es tan difícil? Hay que ser muy talentoso, hay que traerlo!... Como si se tratara de que todo guitarrista llevara en sus manos un don único al cual él o ella es solo merecedor. Tampoco con estas palabras no hay que ocultar la realidad de que varios factores pueden facilitar nuestro aprendizaje, como por ejemplo la edad temprana para aprender, no tener lesiones en las manos, ser sensibles a la música, etc. Muchas factores pueden convertirse en muchos peros, pero no nos pueden atar a dejar de intentar o convencer de que sea imposible aprender a tocar, lograr disfrutar y compartir la música con nosotros mismos y los demás.
El aprendizaje de la guitarra es como aprender a caminar, inicialmente no podemos correr en nuestros pequeños pasos hacia lo que añoramos, si con costos nos mantenemos de pie. Cada caída debe ser un aliciente para levantarnos y volver a tratar de solucionar el traspié con la experiencia obtenida de un buen sentón.
La constancia, la humildad, la paciencia y el amor por hacer las cosas, son los factores esenciales que deben permanecer no un día o una semana al intentar aprender, si no siempre. La música es un proceso único para cada ser humano, y su éxito no depende de las comparaciones que hagamos con los demás, depende de cada de uno, haciendo y rehaciendo con la practica y la alegría de disfrutar el momento.
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